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jueves, 24 de mayo de 2012

Página 396...

"No son muchos los que quedan de aquella generación que convivió con la guerra; casi todos han muerto y su legado es todo aquello que nos han contado. Curiosamente, todos esos seres humanos que se enemistaron en el frente, en sus pueblos y en sus ciudades, han acabado juntos en el mismo lugar. Victimas y verdugos, franquistas y comunistas, falangistas y rojos, hombres y maricones, maridos y esposas… Todos han ido a parar al mismo sitio. Para siempre. Todos habrán tenido que purgar sus pecados. Los que aún permanecemos en este mundo debemos seguir caminando. ¿Cuántas guerras más se librarán en el mundo? ¿Cuánto tiempo más tardaremos en darnos cuenta de que jamás podremos conseguir que un hombre comprenda nuestros ideales si acabamos matándolo? Un hermano del bando contrario muerto jamás será una batalla ganada, sino una oportunidad de diálogo perdida".
Pág. 396 UNA COPA DE TRISTEZA CON HIELO, Ed. Corona Borealis, 2011


    • Antoni Casadellà Reixach Hombres y maricones.jajaja Creo que un maricon debe ser un hombre! Hay que preguntarles!
      24 de mayo a la(s) 20:42 · · 1
    • Montse Rubiales Méndez Por supuesto, los "maricones" son hombres (con la salvedad, por supuesto de que haya algunos que no quieran sentirse como tales). Sin embargo, el sentido de la frase del texto es otro: la protagonista de la novela, que es quien da voz en este párrafo, reflexiona acerca de la malsana costumbre del ser humano de separar, escindir, diferenciar entre unos y otros (maricones/hombres, falangistas/rojos, maridos/esposas...). Es una crítica a la insolidaridad, a la falta de diálogo entre las personas porque, en definitiva, como dice Catalina, todos acabaremos encontrándonos en un mismo lugar, sea cual sea.

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